Llanto, llanto
vida luz lágrrima
soy
lágrima fría en el rostro
recorrido mojado en la mejilla.
Llanto
soy
llanto triste, permanente permanece,
DUELE.
Duele ser
yo
duele
saber que nada viene bien
me,
que la gata no decide
y la flora se marchita
se rompe
yo
rompo vidrio, rompo en llanto
irrumpo
interrumpo
charlas ajenas
por temor.
Yo
temo al miedo, temo a mí
me
temo
yo
siento miedo
frío mal dolor
y puede
puede flor flora, felino en llamas.
Llamo.
Yo
grito desesperada
desesperado grito de auxilio
yo
extraño soy
no
conozco lo que soy
no
siento
sólo me siento
sola
yo
estoy
yo
Maga Sarrugeri
miércoles, 14 de mayo de 2014
lunes, 12 de mayo de 2014
lasombra
Sombra es luz, entonces todo el miedo es eso... eso que calas de grises, en todas sus gamas y variedades, y con estampados y relieves y guardas hindúes con flecos y mostacillas y lentejuelas. Y lo decoras tanto, ya no sabes que más agregarle. Cuando pegues la vuelta, hasta donde llegará el "ah, acá estabas". Te está esperando atrás del picaporte, apoyado contra el marco porque se le cansaron las rodillas, tomando un café para quedarse despierto capaz, porque irse no se va a ir, pero bueno, claro, verlo depende de donde estés.
¿Dónde estas?
Realmente en que silla te quedaste esperando, contemplando, tranquilo, como si nada pasara, mientras todo te pasa. Por al lado, abajo, arriba, por enfrente, te chifla, te tira un guiño, te jode, te pesa, se te mete en el culo, te atraviesa y lo escondes como avergonzado como si no tuvieras que sentirlo, esforzándote por ignorarlo sabiendo que esta ahí (y que no se va a ir), atrás de la oreja, silbándote, invitándote a que escuches todo eso que no queres escuchar. ¿Qué de lo que uno siente, no tiene que sentirr? ¡Todo! y sentí-te, de verdad, sin rodeos. Es eso, eso virgen inmediato que filtras rápido pensando para que se pierda, y te perdes.
Escarbado; el portazo que viene lo escucha el de planta baja. Se viene, venite. Vení dale, que acá estamos todos invitados y te queremos ey. No seas tímido.
Ese almacén, haceme un recorrido personalizado que va a rebalsar de todo ese dulzor que está en tus ojos. Y el pudor que titila en rojo, tira patadas eléctricas de adolecenticidad.
Adolece
Dole
Duele, y sana sólo el amor inmenso. Está al lado tuyo queriéndote darte. Un beso de nube que huela como la lluvia en el bosque de color atardecer moretón y todo muera en el instante en el que los labios se separan y viendo todo blanco, sumergirnos en ese mar tibio que acaricia la espalda y volverse arrugas y después peces que nadan conociendo otro mundo.
Suiza quizás.
domingo, 4 de mayo de 2014
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