miércoles, 25 de junio de 2014

x2

Como un velo que todo lo bueno baña, no es por él o por ella, sino por el conjunto.
Es llorar la muerte y la resurrección.
Amor es.
Amor es por siempre eterno.
Característica inherente, clausula única.
No se encuentra ni se busca, ni existe el verdadero ni su contrapuesto.

Para no explotar, porque el río corre fuerte y el fuego quema.
Porque tu mano quizás encuentra la respuesta.
Busca en cada punto una salida.
Vomito letras, creo ideas, las deformo y se diluyen,
como tinta y agua se mezclan
llevándome a donde no espero, a donde no sé, a donde no quiero.

jueves, 19 de junio de 2014

miércoles, 18 de junio de 2014

Desvarío

Sonrisas que muestran caries. Mundo.
                   Camino en reversa y cierro los ojos, te veo. Sus piernas corren, saltan, bailan, giran, se mueven. Las mías no.
   Integridad física por fuera, por dentro sólo un desabrido rompecabezas asomándose a un lunes que no llega a ser un viernes.

No estoy estando, me fui, volando lejos sobre cenizas. Pero vuelvo, vuelvo cada vez que me despierta. -Tengo miedo-.                            Reconozco esos pies fríos, ese pan duro. Recuerdo esa manta vieja y el olor a mate cocido. Pero nunca he estado aquí, jamás. No debería recordar estas cosas, pero lo hago porque no valen nada, nunca exijo nada.
Hola, me despido. Adiós, no te vayas. Nunca nos hemos visto, por eso te extrañaba tanto.

viernes, 6 de junio de 2014

La virtud de expresar indirectamente mi afirmación



¿Por qué le gusta el mes de mayo? ¿Qué tiene éste de distinto a todos los otros del año? ¿Su cumpleaños ó un aniversario importante? Al fin y al cabo es sólo una construcción inventada sobre la duración de las cosas. Pienso que quizás son los cargueros que se van del puerto, que con extrañeza los despide como si quisiera irse arriba de ellos con el tiempo. Sé que a veces se los queda mirando por horas cuando sale de trabajar ¿ó será que eso la detiene de volver a casa? ¿No quiere volver? ¿Se quiere ir? No, no la entiendo.

Entonces le gusta el mes de mayo porque vienen y se van los buques, y eso en otro mes no pasa. No es su cumpleaños, no es un aniversario importante. Es que si se queda mirando al puerto, el tiempo se sube y se va en cada barco, y ella se va con él para no volver a casa. No, seguramente no quiere volver. Sí, seguramente se quiere ir. Aunque no tan seguro, creo que ahora la estoy entendiendo.


martes, 3 de junio de 2014

"La hora de la estrella"

Funcionaba en el tiempo la máquina inmensa. Daba la hora de la estrella y todos se ponían a olvidar. Así, se desenchufaban la mente y el cosmos bailaba, danzaba y giraba; estaban juntos y solos, ¡Se volvían libres!
 Fluctuando en cualquier color vivo, respirando la vastedad del péndulo en la máquina aterradora y cautivante, que atravesaba la opacidad. 
 Como el éxtasis inesperado para el tamaño de sus cuerpos, y los pétalos sueltos desesperados e intocables rebotando en los cráneos vacíos y las pieles lamiéndose para no perder nada de sí. 
 Una nueva facilidad, íntima exclamación de estar encantado, luego tentativas de reproducir la explosión en cada acto de amor carnal, y transfigurados, desechos los cuerpos acezan con tristeza a lo invaluable.
 Sobre el encuentro de las nadas con el todo, probablemente ninguna cosa fue dada, era la hora de la estrella, una esmeralda abierta en su estuche cerrado ¿y entonces?

astros

leer y escribir
escribir y leer
me río te ríes nos reímos
te juego me juegas nos cansamos
tirados aprendemos observando
cosas
bellas                                                           
                                                         interesantes
tontas
no puede terminarse tan rápido
tan pronto
leo y escribo y no termino más
lees y escribes y el camino se expande sin horizonte
lunas de sal
soles de sol
que giran
y giro y tu giras y giramos
y rodando nos vamos amando
queriendo en el ruido 
que se siente como un mundo circular


Glándula de mentira

Movió los párpados superiores hacia abajo para que chocaran con los inferiores. Los globos oculares descansaron por un segundo, inmersos en el negro que llevaban los neurotransmisores desde los fotorreceptores al cerebro, mientras que en algún lugar de la corteza seguía buscándose un movimiento, una hormona, algo que aliviara ese dolor que lo acometía entre el silencio absoluto del consultorio, opaco como una neurona polarizada.
A nivel de la boca, las glándulas salivales, permanecieron en reposo para dejar el espacio bucal lo más grande posible para que pase con más facilidad la mentira que estaba a punto de liberar al medio externo, como para protegerla, como otra forma infructuosa de liberarse de esta aflicción, como un método para que pase desapercibida una vez salida de la laringe y del resto del sistema fonador. Él rogaba que nadie la identificara, que no lo revelara la sustancia que salía por los poros, refrigerando la epidermis desde los pies hacia la frente.
Ahora ya era demasiado el tiempo que había mantenido separados el medio externo de la córnea; esta se dejó ver, aunque en la retina, sólo se proyectaba la luz desesperada de la lámpara colgante.
Y porque se habían acabado las ideas o las hormonas o los movimientos, o porque tal vez aún no conocía aquella glándula que debía segregarla, las cuerdas vocales soltaron las cuerdas y dejaron escapar a la mentira, pero esta no salió.
Sin embargo, algo había dicho. Sorprendido, abrió grandes los ojos. Las cuerdas vocales se miraron horrorizadas, y los neurotransmisores se desvanecieron, aunque siguió viviendo.
Sonriente, el psicoanalista le dio fin a la sesión.