jueves, 20 de marzo de 2014

El sol de la Tierra

¿Sabés no quejarte del ruido,
sin dejar de gritar?
¿Sabés qué te está sosteniendo
o eso está bajo tus pies?
¿Creés en la vida fuera del planeta
o le temés a la gravedad?
Y aunque no quieras,
yo también puedo hablar.
Lo lamento, yo también puedo hablar.
Y aunque decís que te suelo quemar,
podés fíjarte en dónde estás,
es que si el sol es de la Tierra,
yo solo puedo girar.
No importa cuánto te lastimen,
no importa cuánto te cueste,
de nada; pronto me llegará.

1 comentario:

Nosotros dijo...

Qué bueno es encontrarlos a vos y tu voz. Conmueven las preguntas que martillean o mastican las palabras.