jueves, 15 de agosto de 2013

Abeja

Las manos pululantes demostraban su miedo
El crujido chillante, aturdidor, a lo lejos un rayito de luz cegante
Abrió la puerta del fondo, los ojos deslumbraros jalea de dolor
-:¡Me mataste!
y más oscuro se veía.
Te lo dije, se trata de escuchar con los ojos, corazón. 
pero de ella salieron mariposas...


(A partir de un texto grupal. Fragmentado, modificado y luego seleccionado)

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