Veo las gotas de agua que atrapa mi paraguas.La estructura de cemento dedicada al paso seguro de mis pies, que se encuentran justo donde no deberían estar. ¿Por qué no la había ido a buscar? ¿Acaso ella no vale la pena? Es difícil prender la lámpara del escritorio y leer un libro con todo lo que le hacía recordar. Caminó, miró al suelo. Zapatos negros, rotos, botas de cuero, zapatillas. No paro de pensar en ese silencio inexplicable y ensordecedor, donde solo se oía el salir y entrar de la mina de su birome.
Violeta Goldfeder.
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