Mientras
navegaba en las aguas del Mar Rojo oí una voz que murmuraba: -Te
quiero-, me sorprendí, no había nadie a kilómetros, la radio
estaba apagada y no tenía acompañantes. Luego, cuando creí haberlo
olvidado me di cuenta de que quien me hablaba era ese oleaje,
ruborizado.
1 comentario:
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