domingo, 10 de noviembre de 2013

Des-hechos

    Lo compro, lo uso, lo tiro; lo compro, lo uso, lo tiro; consumo. Gastos y compulsión. ¿Y a dónde va? ¿Y a dónde voy? ¿Y a dónde vamos? A la basura
    El producto cae de una mano en otra mano, se va modificando, es alterado genética y químicamente, amasado con las tenazas del más frío metal, comprimido, plastificado, embolsado, intercambiado, desenvuelto, despedazado, digerido, tirado, rescatado, redigerido. ¿Y en qué quedamos? ¿Con qué nos quedamos?
    Una sed insaciable que pide más y más, cuando los labios resecos y agrietados de nuestro vecino piden tan poco. Y ni una gota llegará a ellos, porque primero debemos hidratar hasta la última espina del cactus de nuestro jardín. Si es que algo queda luego de haber limpiado los alimentos, los pisos, los cuerpos, quizás ellos puedan darle provecho, de seguro lo harán, y si no lo logran... ¿qué me importa?
    Esto no me sirve, esto tampoco, esto ni siquiera sé para que lo compré, ¡al tacho! Arrugo, aplasto y si no entra dame otra bolsa. Camión, petróleo y gases, un poco más o un poco menos, si total todos hacemos lo mismo, nadie se preocupa ¿no? Crunch, crunch, crunch... todo mezclado, todos adentro. Algunos teniendo que aguantar los olores cuando levantan una tapa para aumentar su proporción y otros teniendo que vivir diariamente con ellos, acostumbrándose, más bien resignándose a una realidad tan sucia como injusta.
    ¿Vos qué pensás hacer? ¿Vas a meter las manos en esto, o te vas a tapar la nariz?
    Yo vivo acá, yo respiro tu ignorancia y mis pulmones están repletos, casi no hay aire, me falta la consideración, un ataque, me duele y no me escuchan, porque la salud está lejos, porque yo de vos estoy lejos. Y vos tenés todo cerca, todo a mano, porque hasta yo estoy en tus manos, y me estás soltando.

No hay comentarios.: